domingo, 7 de diciembre de 2008

El origen de la escritura china

Para el común de los mortales que no ha tenido nunca mayor contacto con el chino que “esas letras raras” de la carta de un restaurante chino, o los tatuajes de un amigo un tanto hortera, probablemente esta lengua sea un auténtico misterio en lo que a su origen, características y significado se refiere. Pues bien, en primer lugar, el chino nos resulta prácticamente igual de jeroglífico a nosotros que a ellos nuestras lenguas occidentales, ya que se basan en unos principios básicos totalmente opuestos. El castellano y el resto de las lenguas que derivan del indoeuropeo se forman con un alfabeto, con unas letras, es decir con unas grafías simples que representan un fonema (en algunos casos alguno más): es decir, la letra m se pronuncia /m/, y la c puede representar el fonema /θ/ si va seguida de e o i, y /k/ si la siguiente vocal es a, o o u. El chino en cambio es una lengua monosilábica, toda sílaba corresponde a una palabra, y toda palabra corresponde un carácter. Así, si nos encontramos por ejemplo el carácter 大,la pregunta que solemos hacer es ¿qué letra es esa? Cuando la pregunta correcta debería ser ¿qué carácter o palabra es esa? Y la respuesta os lo aclarará: se pronuncia “ta” (aunque su transcripción alfabética sea [da4]) y es un adjetivo que significa grande.

Pero ahora vamos a empezar por el principio, ¿cuándo y cómo nace la escritura china? Pues los primeros vestigios que tenemos de escritura china son del 1500 a.n.e. (antes de nuestra era), y aparecen en huesos de animales y caparazones de tortugas. Esto se explica por el hecho de que la escritura china nace unida a la adivinación y al culto religioso. La adivinación en la antigua China se hacía aplicando fuego a los huesos de animales sacrificados o a caparazones de tortugas e interpretando las marcas y grietas resultantes de este proceso. Las inscripciones se hacían después de la prueba de fuego, éstas servían como comentario de los signos, eran la manera de formular las preguntas e incluso podían usarse para señalar la fecha y el nombre del adivinador. Estas inscripciones se acabaron convirtiendo en archivos sobre la técnica adivinatoria y eran conservadas en las tumbas, de lo que se deduce el valor sacro que se les daba. La adivinación servía para responder preguntas que planteaban los reyes sobre cacerías, enfrentamientos militares, la meteorología, o el culto a los antepasados y divinidades. Estas inscripciones se consideran la forma más arcaica de la escritura china y ya contaban con cerca de 5.000 caracteres, de los cuales se han descifrado unos 1.500, de los que unos centenares constituyen el grupo de los caracteres más usados en el chino actual, entre ellos los correspondientes a la numeración del 1 al 10 : 一二三四五六七八九十 [yi1, er4, san1, si4, wu3, liu4, qi1, ba1, jiu3, shi2].

Después de los huesos y caparazones, la escritura china toma otros soportes, como las tablillas de madera o de bambú, y más adelante, a partir del s.V a.n.e, la seda. Era un material más absorbente que las tablas de bambú, y además al ser más ligera permitía reducir tanto el volumen como el peso del texto escrito, pero su elevado coste (la seda era un indicador económico y con ella se pagaban impuestos y los sueldos de los funcionarios del Imperio) condujo hacia la búsqueda de un nuevo material: el papel. Aparece en China en el S.II a.n.e. vinculado a un gobierno burocratizado que necesita un soporte para la escritura más barato. Resultó tan exitoso que incluso la seda dejó de ser el material más usado para la pintura, en favor del papel. El uso de estos soportes tan absorbentes es decisivo para entender el valor artístico que alcanza la caligrafía , y es que el uso del pincel sobre la seda primero, y luego sobre el papel permite que el calígrafo exprese su sensibilidad en los trazos de los caracteres. De ahí que la caligrafía se considere un arte mayor en China, como lo prueba el hecho que todos los pintores antes debían ser calígrafos. Es una expresión artística tan valorada como la poesía.

Un pequeño apunte sobre sus características principales nos servirá para terminar de acercarnos a esta escritura tan antigua. El chino pertenece al grupo de lenguas sinotibetanas, menos extendidas territorialmente que las indoeuropeas por el carácter agrícola de sus sociedades en comparación con los cazadores nómadas de la zona más occidental del continente euroasiático. El chino en realidad tiene multitud de dialectos, de los cuales el mandarín es el más hablado (800 millones lo tienen como lengua materna), además del idioma oficial de la República Popular China. La gran variedad de dialectos se ve unificada en la escritura por el uso de los mismos caracteres. Las lenguas de los pueblos que pertenecían a los territorios más alejados del Imperio sí desarrollaron su propia escritura bien diferenciada del chino, como es el caso del tibetano, el manchú, el mongol y el uygur.

Actualmente la lengua china cuenta con unos 50.000 caracteres. De manera muy resumida podríamos decir que se dividen en pictogramas (grafías que representan de manera muy estilizada objetos o acciones) con componentes semánticos, y caracteres fonéticos que ayudan a aliviar la homofonía de esta lengua. La homofonía es algo muy caracterísitico del chino, en comparación a los miles de caracteres tan sólo hay unas 400 sílabas en el habla, lo que provoca entre otras cosas que cuando hablan, a los occidentales nos suene todo igual, por eso, y aunque sorprenda, es más fácil entender el chino leído que escuchado. Los caracteres tienen un numero de trazos (de 1 a unos 60) que deben escribirse en un orden fijado, si el orden se altera se comete una falta de ortografía. Asimismo todos los caracteres ocupan un mismo espacio (un cuadrado imaginario) y aunque antiguamente se escribía de arriba a abajo y de derecha a izquierda (siguiendo el curso natural de las tablillas de bambú), desde los años 50 del siglo pasado, se ha adaptado al orden occidental, en horizontal y de izquierda a derecha.

Por último vamos a resolver una cuestión que plantea muchas dudas entre la gente, ¿cómo escriben los chinos en los ordenadores o en los móviles? Pues bien, existe un sistema de transcripción fonética utilizando el alfabeto occidental. Es el pinyin y está aceptado tanto por China, que lo ha implantado en las escuelas donde todos los niños lo tienen que estudiar, como por la comunidad internacional. Digamos que tiene sus propias normas y las letras no se pronuncian igual que en castellano o inglés, pero no difieren demasiado. De ahí las confusiones que ya alguna vez hemos comentado, como pronunciar [Qin] como “Kuin”, cuando se debería leer algo como “Chin”. A través de este sistema se puede escribir en el teclado la palabra en pinyin y luego elegir el carácter que quieres entre la variedad que aparecen con esa pronunciación. Parece complicado, pero no lo es tanto. El pinyin también facilita la búsqueda en los diccionarios, algo que también parece muy misterioso, ya que si se desconoce la pronunciación, los caracteres se buscan por trazos, primero los trazos que tiene su radical (la parte semántica del carácter) y luego con la combinación de trazos del resto del carácter. Una clase práctica es suficiente para verlo más claro.

Quizás el hecho de que el chino tenga unas características tan particulares provoca que aquellos que lo estudiamos sintamos una especial atracción por este idioma tan complejo como bello.

Nota: Los números que aparecen en las transcripciones en pinyin corresponden a los tonos, son cuatro y ayudan también a corregir la homofonía de este idioma.

Bibliografía:

Folch, Dolors: La construcción de China. Ediciones Península

Gernet, Jacques: El mundo chino. Editorial Crítica

Páginas web consultadas:

http://es.wikipedia.org/wiki/Escritura_china



Rebeca González Barreiro, Rojo Asia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me parecio excelente lainformacion gracias me ayudo demaciado