domingo, 20 de julio de 2008

Mujeres de consuelo. Parte II.

Con el inicio de las reivindicaciones, el gobierno de la República de Corea (Corea del Sur) consideró, en un primer momento, innecesaria la reclamación de indemnizaciones económica a Japón. Sin embargo, sí ha defendido la necesidad de dar a estas mujeres una disculpa sincera oficial por parte de gobierno de Japón.


La posición del gobierno de la República Popular Democrática de Corea (Corea del Norte) es más radical en sus planteamientos, y exigió, a grandes rasgos, las mismas demandas de las víctimas mencionadas anteriormente. Incluso, ha llegado a exigir que la cuestión de las “mujeres de cosuelo” sea considerada un acto de genocidio, dado que fueron actos realizados “con la intención de destruir a un determinado grupo nacional, étnico, racial o religiosos”. Las actitudes de las dos Coreas con respecto a este tema es completamente distinta, y lógicamente se enmarcan dentro de las relaciones diplomáticas bilaterales entre ellas y Japón.


En general, la postura de los diferentes gobiernos japoneses desde los noventa con respecto al tema ha sido bastante inmóvil. Básicamente ha negado la implicación de Japón en la creación del sistema de coacción y explotación sexual de las “mujeres de consuelo”, que dichas mujeres puedan ser reconocidas como “esclavas” y que este tema pueda ser clasificado como violación del derecho humanitario internacional. Esta actitud se enmarca dentro de la vaga revisión que se ha realizado desde las instituciones japonesas sobre responsabilidad en las atrocidades cometidas durante su expansión por el Pacífico.



Uno de los gestos del gobierno fue la creación del Fondo Asiático de Paz y Amistad. A través del dicho fondo se proporciona ayudas económicas a las antiguas “mujeres de consuelo”. La creación del FAPA fue duramente criticada por las asociaciones y las víctimas puesto que la financiación se llevaba a cabo a través de aportaciones privadas, lo cual era visto como un gesto de evasión de responsabilidad legal y moral por parte del gobierno japonés. Desde su establecimiento, el llamado “dinero de expiación” sólo ha sido aceptado por una pequeña parte de las víctimas. Además, la carta de disculpas enviada a título personal a aquellas mujeres que aceptaron las ayudas económicas, ha sido profundamente criticada por su tono poco oficial.


No cabe ninguna duda de que la cuestión de las “mujeres de consuelo” es profundamente complicada. A pesar de que las víctimas lleven más de diez años reivindicando su derecho a una recompensa moral y económica, tanto a nivel individual, por medio de juicios civiles, como a través de grupos de presión internacionales, los objetivos alcanzados son mínimos. En líneas generales, la postura revisionista de Japón con respecto al daño cometido a la población civil dentro y fuera de su territorio durante la expansión imperialista por el Asia, deja mucho que desear a ojos de la comunidad internacional. Desde las autoridades japonesas se ve un arraigado sentimiento de autoprotección. Casi se teme más una posible reacción en cadena de revisiones y solicitudes de perdón a todos los países afectados, en el caso de reconocer internacionalmente de las violaciones de los derechos humanos cometidas en las “residencias de consuelo”; que el empeoramiento de la imagen pública internacional de Japón por no hacerlo. El problema es que la mayoría de las supervivientes son mujeres de muy avanzada edad, muchas de ellas ya han fallecido, y, en vista de la cuestión sigue bastante “estancada” no parece que se vaya a llegar pronto, antes de que todas desaparezcan,a una solución que satisfaga a ambas partes.


Bibliografía sobre el tema.


  • Chinkin, C. (2001). “Women’s International Tribunal on Japanese Military Sexual Slavery”. The American Journal of International Law. (vol. 95, núm. 2, pág. 335-341)
  • Min, P. G. (2003). “The Korean ‘Comfort Women’: The Intersection of Colonial Power, Gender, and Class. Gender and Society. (vol. 17, núm. 6, pág. 938-957)
  • Moon, S. (2002). “Carving Out Space: Civil Society and the Women’s Movement in South Korea”. The Journal of Asian Studies. (vol. 16, núm. 2, pág. 473-500)
  • Soh, C. S. (1996). “The Korean ‘Comfort Women’: Movement for Redress”. Asian Survey. (vol. 36, núm. 12, pág. 1226-1240)
  • Soh, C.S. (1998). “Human Rights and Humanity: The Case of the “Comfort Women”. Institute for Corean-American Studies
  • Soh, C.S. (2001). Japan’s Responsibility Towards Comfort Women Survivor”. Institute for Corean-American Studies
  • Totsuka, E. (2007). “Appeal on the issue of Japan’s military “comfort women”. Center for Research and Documentation on Japan’s War Responsibility. (

(De los artículos arriba enumerados, aquellos sin link especificado fueron conseguidos a través del buscador de revistas electrónicas JSTOR)


Recursos electrónicos



Palmira Pérez Prieto, Rojo Asia.

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