sábado, 27 de septiembre de 2008

Relaciones culturales entre oriente y occidente: Pintura.

Desde los primeros contactos en el siglo XVI con la llegada de españoles y portugueses a costas niponas, Japón ha despertado gran fascinación en el mundo occidental. Este interés no hizo más que aumentar cuando el país decidió cerrar sus fronteras al mundo en el año 1638, y así, durante más de 200 años, no mantuvo más contacto con el mundo exterior que con un puñado de mercaderes chinos y holandeses a través del puerto de Dejima en la bahía de Nagasaki. En el año 1858 Japón volvió a abrir sus puertas, se restableció el libre comercio con todos los países a la vez que una ola de japonismo cubrió el mundo occidental.

Fue así como empezaron a llegar y popularizarse en Europa las estampas japonesas, llamadas ukiyo-e, “imágenes del mundo flotante”. El impacto de Japón en occidente fue impresionante, pronto el arte japonés comenzó a ser fuente de inspiración para muchos de los artistas europeos. Esta influencia se puede encontrar en arte de todo tipo, desde las artes decorativas, hasta la arquitectura, pasando por la publicidad, la fotografía, jardinería…

En este artículo nos centraremos en la pintura y analizaremos algunos trabajos del pintor holandés Vincent van Gogh, quien no sólo incluyó algún elemento “japonés” en sus obras sino que llegó a realizar copias de grabados japoneses.
Van Gogh empezó a sentir interés por lo japonés estando en Holanda, interés que incrementará durante su estancia en París, en donde organizó algunas exposiciones de grabados japoneses que él mismo había adquirido, ya que su creciente interés le había levado a comprar tantos ukiyo-e como se pudo permitir. Pero la imagen de Japón empezó a hacerse más palpable cuando en 1887 realizó varias copias en óleo a partir de calcos de grabados del artista japonés Utagawa Hiroshige:


El puente Ôhashi en Atake bajo una lluvia repentina” de 100 vistas de Edo (grabado) ca. 1857 de Hiroshige vs. Puente bajo la lluvia (según Hiroshige) (óleo sobre lienzo) 1887 de van Gogh.


Como vemos el trabajo realizado por el artista holandés es una copia casi exacta del original. Incluso pretende copiar lo que serían los sellos del autor (esquina superior derecha e inferior izquierda, en el original) añadiendo uno más en cada esquina, además de un montón de kanji (caracteres japoneses) todo alrededor a modo de marco decorativo, que parecen un conjunto de garabatos mal hechos y sin coherencia. Las líneas del grabado están mucho más definidas, se aprecian todos los detalles de forma mucho más nítida y los colores parecen más realistas, casi parece una fotografía. El óleo, que es una técnica completamente distinta, da una sensación de irrealidad y los tonos azulados, verdosos y amarillo, constante en la obra de Van Gogh, aportan un toque onírico...

Este otro trabajo del mismo año y también copiado de Hiroshige, en el que, por ejemplo el uso de los colores es bastante más cercano al original, pero también añade elementos como los kanji en los bordes a modo de marco como queriendo completar el toque de exotismo que estos trabajos de inspiraban. Dejaré que el lector saque sus propias conclusiones a la vista de las dos obras:


Campo de Ciruelos ,1857 de Utagawa Hiroshige vs. Ciruelo floreciente (según Hiroshige), (óleo sobre lienzo) 1887 de van Gogh.


Pero la influencia del arte japonés en la obra de Van Gogh no se queda en la copia de grabados originales japoneses. Uno de los trabajos más conocidos del pintor en el que aparecen elementos japoneses es el retrato de Père Tanguy, un personaje de la época de los más importantes para los pintores que vivían en París, ya que regentaba una tienda de material de pintura y dibujo:

Retrato de Père Tanguy (óleo sobre lienzo) 1887-8 van Gogh


En este retrato la presencia del mundo japonés se puede observar en el fondo, una pared cubierta por completo con grabados japoneses, con motivos típicos tales como geishas, jardines, flores, el monte Fuji… Como si el artista, al realizar su obra, quisiese mostrar al mundo su interés por los ukiyo-e y, sobre todo, su colección de grabados japoneses.
Por supuesto no sólo Van Gogh se vio influenciado por el arte procedente de Japón, sino que otros grandes artistas como Manet, Toulouse-Lautrec, Degas, Gaugin, Kimt y un gran etcétera también se vieron bajo la influencia del estilo japonés. Quizás estos artistas estuviesen dispuestos a encontrar procedimientos originales y a la buscar nuevas sensaciones, el exotismo les ayudó en su tarea de romper con el pasado.

Bibliografía:

Japonisme. Cultural Crossing between japan and the West. Phaidon Press, 2005

Páginas consultadas:

http://commons.wikimedia.org/wiki/Image:Hiroshige_Van_Gogh_1.JPG%20(25/08/08http://nn.wikipedia.org/wiki/Vincent_van_Gogh http://www.fcalzado.net/impresionismo/xhtml/02impr/02d.html

Ánxela Navarro Martínez, Rojo Asia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sobre este tema hay un libro muy interesante: Degas and the Art of Japan de Jill DeVonyard y Richard Kendall, publicado por Yale University Press en 2007. En él se muestran en páginas opuestas obras japonesas y obras de Degas con una influencia clarísima, que en algunos casos llegan a ser practicamente copias.

nana dijo...

tengo copias del pintor hiroshigue, y quiero saber el precio