martes, 22 de julio de 2008

Mujeres de consuelo

El término “mujeres de consuelo” (wianbu en coreano, ianfu en japonés, comfort women en inglés) se refiere a aquellas mujeres reclutadas a la fuerza por el ejército japonés como esclavas sexuales desde la década de los 30 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial en los territorios colonizados por Japón en Asia Oriental y el Sudeste Asiático. Aunque estas mujeres procedieron de las diversas zonas de estos territorios, se calcula que el 80% procedían de la península coreana. Las tropas japonesas en Shanghai establecieron las primera “residencia de cosuelo” militar en 1932 para “prevenir” que los soldados violaran a las mujeres de la zona. Ya a principios de la década de 1940, el ejército japonés estableció este tipo de residencia en otras partes de Asia. El número exacto de mujeres se desconoce, y se calcula entre 50.000 y 200.000 chicas jóvenes, muchas menores de edad.


Aunque el término “mujeres de consuelo” es con el que internacionalmente se conoce este tema, personalmente lo considero un eufemismo que expresa muy vagamente las terribles vivencias que estas mujeres sufrieron durante sus años de servidumbre sexual, cuando cada día eran violadas por una media de cuarenta o cincuenta hombres, golpeadas, humilladas o torturadas. Tampoco refleja las secuelas físicas y psicológicas que las supervivientes tuvieron que soportar al terminar la guerra y regresaron a sus hogares, en un contexto social que silenció su sufrimiento durante casi cuatro décadas.




Las nociones de género, raza y clase social existentes en Japón y Corea pueden explicar las razones de la explotación sexual de estas mujeres. Según Min, “el poder colonial de Japón interactuó con el género en la movilización de las mujeres coreanas como esclavas sexuales debido a sus prejuicios contra los sujetos coloniales. El gobierno japonés consideraba que las jóvenes coreanas debían ser usadas efectivamente para sus esfuerzo bélicos cumpliendo con los deseos sexuales de los soldados.” A esto se suma que las jóvenes reclutadas a la fuerza provenían, en su mayoría, de las zonas más desfavorecidas de la península coreana.


Pero el sometimiento de la mujer dentro de los parámetros de una sociedad patriarcal, también era propio del contexto cultural sexual coreano, de ahí que estas mujeres, tras terminar la guerra y ser liberadas, guardaran silencio. Según Soh, en la sociedad tradicional patriarcal coreana, el comportamiento sexual de las mujeres estaba rígidamente controlado por los estándares de virginidad y castidad. Por ello, estas mujeres ocultaron haber sido esclavas sexuales incluso a sus familias, para evitar ser excluidas socialmente. Aunque muchas de ellas regresaron a sus hogares al terminar la guerra, la mayoría no pudieron llevar una vida normal. Presionadas por su familia para casarse, muchas no pudieron llevar vidas maritales normales e incluso perdieron la capacidad para concebir, por lo que eran repudiadas por sus maridos. Y todo ello en un contexto social en el que las mujeres dependían económicamente de sus maridos, lo cual dificultó gravemente sus posibilidades para sobrevivir


Las exigencias de revisión del tema de las “mujeres de consuelo” en Corea del Sur ha estado directamente relacionado con los movimientos reivindicativos feministas de la década de los noventa. En 1990, y con motivo de la visita del Presidente Roh Tae Woo a Japón, las organizaciones de mujeres surcoreanas establecieron una lista de reivindicaciones, que a día de hoy siguen manteniendo. Éstas son:


- El reconocimiento del gobierno de Japón del reclutamiento compulsivo de mujeres coreanas como esclavas sexuales.

- Una disculpa oficial.

- Que las atrocidades cometidas sean reveladas a la opinión pública.

- La construcción de un monumento conmemorativo.

- Una compensación económica para las supervivientes, o sus familias en caso de haber fallecido.

- La introducción de este tema en los libros de historia de Japón para que dichos actos inhumanos no se vuelvan a repetir.


Desde estos primeros años las protestas encabezadas por los grupos de víctimas de distintos países han sido muy activas, y se ha caracterizado por una presión constante y enérgica sobre el gobierno de Japón. En este sentido hay que destacar las concentraciones que realizan los grupos de apoyo a las víctimas todos los miércoles desde 1992 frente a la Embajada de Japón en Seúl.


Leer más.


Palmira Pérez Prieto, Rojo Asia.

2 comentarios:

el vendedor de sombras dijo...

Hola Querid@s. Muy buen blog, recomendado por mi querida Miyuki chan...
ahi va el link a una noticia que os puede interesar http://www.elpais.com/articulo/portada/burbuja/oriental/elpepueco/20080727elpepspor_10/Tes

Besos!
(en especial as galegas Reb e Anx)

Rojo Asia dijo...

Muchas gracias, vendedor, es un artículo interesante que también salió en la edición impresa. Esperamos que sigas colaborando en próximos comentarios.